Para los jóvenes. Conservación
Trucos para conservar una dorada
Consejos prácticos para mantener las cualidades de este pescado y garantizar un consumo seguro
La dorada es un pescado muy saludable, asequible y rico en nutrientes beneficiosos para la salud. Pero, para incluirlo en la dieta y poder disfrutarlo, primero es necesario aprender a elegirlo en la pescadería, limpiarlo bien en casa y conservarlo de manera adecuada. De ese modo, mantendremos su textura y sabor y, más importante todavía, cuidaremos la seguridad alimentaria. Tome nota de los siguientes consejos.
- Comprar bien…
En la pescadería, los detalles dan mucha información. Hay que fijarse en lo siguiente:
- 1. Que la dorada esté expuesta sobre una superficie inclinada con hielo picado y que este se renueve de forma periódica. El pez debe conservarse a bajas temperaturas para evitar el crecimiento bacteriano.
- 2. Que su carne tenga una consistencia firme; que las agallas (o branquias) sean rojas; que sus ojos estén brillantes y no hundidos; y que mantenga olor marino poco pronunciado.
- 3. Lo conveniente es comprarla al final del recorrido. De este modo se conservará en las mejores condiciones.
- Limpiarla con esmero…
Si hemos adquirido una pieza completa y sin limpiar, conviene eviscerarla y limpiarla.
- 1. Con las tijeras se cortan las aletas (pectoral, dorsal, ventral y anal). Cuidado con las dorsales porque, si es una pieza grande, estarán duras. Es importante que no queden restos para evitar bacterias.
- 2. Con el cuchillo de hoja flexible, basta un movimiento hacia arriba para retirar las escamas. Hay que sujetar fuerte la cola del pez y, poco a poco, se van quitando en sentido ascendente hacia la cabeza. Al terminar, hay que limpiar bien el pescado con agua fría.
- 3. Extraer las vísceras. Una opción es hacerlo a través de las branquias, detrás de la cabeza. Se cortan con las tijeras, se tira de ellas y se desechan. Se sujeta el pescado con el vientre hacia arriba y se hace una pequeña incisión para separar bien las tripas del cuerpo. Conviene ayudarse con las tijeras. Se introducen los dedos por el hueco de las agallas y se tira de las tripas. No hay que olvidar enjuagar bien la dorada con agua fría después de llevar a cabo esta operación.
- Conservarla mejor
- Para consumir en el día o al día siguiente, se debe colocar en la parte más fría del frigorífico. El tiempo que esté en la nevera no debe superar las 48 horas después de su compra. Y resulta recomendable aislarla del resto de alimentos para que no les traspase su olor.
- Para comerla más adelante. Al guardar la pieza en el congelador, se conseguirá mantener su sabor y todas sus propiedades nutritivas en muy buenas condiciones durante unos cuatro o cinco meses. Por EROSKI CONSUMER 28 de octubre de 2018
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