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Urge el nuevo baremo de discapacidad
Cocemfe urge al Gobierno a activar el nuevo baremo de discapacidad
Cree que el actual, cuyo “enfoque gira en torno al modelo médico-rehabilitador” está completamente “obsoleto”
Publicado en Redacción Médica el 30 abril de 2021.
Con motivo del Día Nacional de la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad de Naciones Unidas, que se celebra el próximo lunes, la Federación Española de Fibrosis Quística (FEFQ), Cocemfe y su movimiento asociativo reclaman la puesta en marcha del nuevo baremo de valoración del grado de discapacidad tras más de 20 años sin renovarse.
“No podemos esperar más”, afirma el presidente de Cocemfe nacional, Anxo Queiruga, tras el anuncio por parte del Imserso esta semana de que el nuevo baremo se aprobará de forma definitiva en el año 2022. Según Queiruga, “es necesario y urgente que se agilicen todos los trámites para que el nuevo baremo se ponga en marcha lo antes posible”. Este ha sido consensuado entre organizaciones, como Cocemfe, con el Gobierno y las comunidades autónomas.
El baremo del grado de discapacidad es la herramienta que mide las dificultades que tiene una persona con una determinada enfermedad o condición para desenvolverse en la sociedad en igualdad de condiciones y le permite la entrada al sistema de derechos establecidos en España gracias a la obtención del certificado de discapacidad.
“La actualización de este baremo está entre unas de nuestras principales reivindicaciones, ya que la fibrosis quística produce una serie de limitaciones que hacen que, en la vida diaria, se juegue con desventaja. Estas limitaciones ni se ven ni están contempladas en el baremo actual”, afirma el presidente de la FEFQ, Juan Da Silva, refiriéndose a la invisibilidad que conlleva esta discapacidad orgánica, que lleva a que alrededor de un 20 por ciento de las personas con FQ que solicitan el certificado de discapacidad reciban una negativa.
De las personas a las que sí se lo conceden, el 40 por ciento lo logra cuando ha recurrido la primera denegación, tal y como explica Da Silva. El motivo de ello, explica, “siempre es el mismo, que los baremos no contemplan las limitaciones no visibles, como el impacto de la carga de tratamientos, episodios de recaídas, entre otras”.
Así, la FEFQ considera que el actual baremo se ha quedado obsoleto y los criterios que utiliza para valorar la discapacidad se han quedado desfasados, ya que hay situaciones y condiciones que no están siendo reconocidas y que afectan sobre todo a la discapacidad orgánica. Por ejemplo, es el caso de situaciones como la fatiga o el dolor, los efectos de la carga del tratamiento, enfermedades reumatológicas y enfermedades que cursan con brote, impidiendo que estas personas obtengan la valoración del grado de discapacidad que les debería corresponder y dificultando todavía más su inclusión y participación activa en la sociedad.
Enfoque médico-rehabilitador
Concretamente, no obtener el certificado de discapacidad se traduce en falta de adaptación curricular en la educación, dificultades de acceso y mantenimiento del empleo, no poder acceder a plazas específicas para personas con discapacidad en las oposiciones, dificultades para acceder a ciertas prestaciones económicas, pérdida de amistades y relaciones por la dificultad de relacionarse con el entorno y la aparición de otro tipo de patologías por el no reconocimiento de ciertos síntomas provocados por patologías no incluidas en el baremo.
Por ello, el actual baremo no se adapta a la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad de Naciones Unidas, puesto que su enfoque gira en torno al modelo médico-rehabilitador de la discapacidad, es decir, se centra en el individuo y sus limitaciones, sin considerar los efectos e interrelaciones entre el entorno social y la realidad biológica. El nuevo baremo supondrá su adaptación a la convención, es decir, a un modelo de derechos humanos, al modelo social, contemplando la interacción de cada persona con su entorno y la prestación de apoyos personalizados, tal y como han asegurado las asociaciones.
Las asociaciones reclaman poner en marcha con urgencia el nuevo baremo de discapacidad
Lleva desde 2017 consensuado con el Gobierno y comunidades autónomas e incorpora mejoras para el reconocimiento de situaciones vinculadas a la discapacidad orgánica, como la fatiga o el dolor, enfermedades reumatológicas o enfermedades que cursan con brote
Publicado en Mejor con Salud el 30-04-2021
Con motivo del Día Nacional de la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad de Naciones Unidas, que se celebra el próximo lunes, 3 de mayo, la Confederación Española de Personas con Discapacidad Física y Orgánica (COCEMFE) y su Movimiento Asociativo, así como la confederación de personas con crohn y colitis ulcerosa (ACCU España) reclaman la puesta en marcha del nuevo baremo de valoración del grado de discapacidad, ya que representa la puerta de acceso al sistema de derechos establecidos en nuestro país y lleva más de 20 años sin renovarse.
“No podemos esperar más”, afirma el presidente de COCEMFE, Anxo Queiruga, tras el anuncio por parte del IMSERSO esta semana de que el nuevo baremo se aprobará de forma definitiva en el año 2022. Según Queiruga, “es necesario y urgente que se agilicen todos los trámites para que el nuevo baremo se ponga en marcha lo antes posible”, el cual ha sido consensuado entre organizaciones, como COCEMFE, con el Gobierno y las comunidades autónomas.
“Una norma obsoleta o las trabas administrativas no tienen que ser limitaciones añadidas a la enfermedad crónica. Queremos que el reconocimiento del grado de discapacidad más ajustado a la realidad de la enfermedad de Crohn y de la colitis ulcerosa que en muchos casos conlleva que tu vida dependa del acceso a un baño y que varía mucho de una persona a otra. Además, al cursar por brotes, nuestro estado puede empeorar en un momento determinado”, comenta Julio Roldán, presidente de ACCU España que añade “Un 72% de personas con enfermedades inmunomediadas no tienen la discapacidad reconocida a pesar de que la mayoría describen su enfermedad como moderada o grave, es decir, no se les reconocen sus derechos ni reciben el apoyo necesario para afrontar su día a día”
El baremo del grado de discapacidad es la herramienta que mide las dificultades que tiene una persona con una determinada enfermedad o condición para desenvolverse en la sociedad en igualdad de condiciones y le permite la entrada al sistema de derechos establecidos en España gracias a la obtención del certificado de discapacidad.
Criterios desfasados
COCEMFE considera que el actual baremo se ha quedado obsoleto y los criterios que utiliza para valorar la discapacidad se han quedado desfasados, ya que hay situaciones y condiciones que no están siendo reconocidas y que afectan sobre todo a la discapacidad orgánica. Por ejemplo, es el caso de situaciones como la fatiga o el dolor, los efectos de la carga del tratamiento, enfermedades reumatológicas y enfermedades que cursan con brote, impidiendo que estas personas obtengan la valoración del grado de discapacidad que les debería corresponder y dificultando todavía más su inclusión y participación activa en la sociedad.
Concretamente, no obtener el certificado de discapacidad se traduce en falta de adaptación curricular en la educación, dificultades de acceso y mantenimiento del empleo, no poder acceder a plazas específicas para personas con discapacidad en las oposiciones, dificultades para acceder a ciertas prestaciones económicas, pérdida de amistades y relaciones por la dificultad de relacionarse con el entorno y la aparición de otro tipo de patologías por el no reconocimiento de ciertos síntomas provocados por patologías no incluidas en el baremo.
Adaptación al nuevo modelo
Por ello, el actual baremo no se adapta a la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad de Naciones Unidas puesto que su enfoque gira en torno al modelo médico-rehabilitador de la discapacidad, es decir, se centra en el individuo y sus limitaciones, sin considerar los efectos e interrelaciones entre el entorno social y la realidad biológica. El nuevo baremo supondrá su adaptación a la Convención, es decir, a un modelo de derechos humanos, al modelo social, contemplando la interacción de cada persona con su entorno y la prestación de apoyos personalizados.
Este documento incorpora mejoras para el reconocimiento de situaciones vinculadas a la discapacidad orgánica, como la fatiga o el dolor, enfermedades reumatológicas o enfermedades que cursan con brote. Además, su implantación reduciría las desigualdades a nivel territorial. A pesar de que a juicio de COCEMFE el nuevo baremo no es ideal, es necesario que se ponga en marcha para avanzar, puesto que es un trabajo consensuado en 2017 por todas las partes y se han realizado pilotajes con resultados satisfactorios en diferentes territorios.
“Las personas más vulnerables necesitamos respuestas más rápidas y ágiles de nuestras administraciones”, afirma Queiruga. Por ello, COCEMFE y su Movimiento Asociativo reclaman a las diferentes administraciones implicadas en los últimos trámites para su aprobación definitiva, que agilicen todo el proceso y para que las personas tengan una valoración adecuada de su discapacidad, que les permita acceder a los derechos y beneficios que implica y que tratan de compensar la falta de igualdad de oportunidades y el sobrecoste de tener una discapacidad.
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