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Vitamina B12
Tomar vitamina B12 protege el cerebro, según la Academia Estadounidense de Medicina
Como mujer de cierta edad que consume una dieta bien equilibrada de todos los grupos alimentarios de costumbre, incluyendo cantidades razonables de proteína animal, tiendo a descartar consejos para tomar un suplemento multivitamínico. Me han dicho repetidamente expertos en nutrición que el uso excesivo de suplementos dietarios les ha dado a los estadounidenses la orina más cara del mundo.
Efectivamente, tomo un suplemento diario de vitamina D, con base en considerable evidencia de sus múltiples beneficios para la salud, particularmente para personas de edad mayor. Sin embargo, basada en el consejo de la Academia Estadounidense de Medicina y un estudio de investigación que se va acumulando, soy impulsada a considerar también el consumo de un suplemento de vitamina B12, con la esperanza de proteger mi cerebro entrado en años.
El rol del estómago
Alimentos de proteína animal –carne, pescado, leche, queso y huevo– son las únicas fuentes confiables de origen natural de B12 en la dieta, y yo sí recibo amplias cantidades de varios en mi dieta habitual. Pero ahora a los 75 años, me pregunto si aún soy capaz de cosechar el beneficio pleno de lo que ingiero.
Miren, la capacidad de absorber B12 naturalmente presente en alimentos depende de la presencia del ácido adecuado del estómago, la enzima pepsina y una proteína gástrica llamada factor intrínseco para liberar la vitamina de la proteína alimentaria a la que está pegada. Solo entonces puede ser absorbida la vitamina por el intestino delgado. A medida que la gente va envejeciendo, células que producen ácido pudieran dejar de funcionar gradualmente, enfermedad conocida como gastritis atrófica.
Luchando con la atrofia cerebral
Depresión, demencia y daño mental a menudo se asocian con una deficiencia de B12 y folato vitamina B, “particularmente en los ancianos”, escribió el doctor Rajaprabhakaran Rajarethinam, psiquiatra en la Facultad de Medicina de la Universidad Estatal de Wayne.
Describió a una mujer de 66 años que fue hospitalizada con depresión severa, psicosis y pérdida de energía e interés en la vida, niveles sumamente bajos de B12. Los síntomas fueron revertidos casi enteramente con inyecciones de la vitamina.
Investigadores europeos también han mostrado que darles vitamina B12 a personas con deficiencia de la vitamina ayudó a proteger muchas de las áreas del cerebro dañadas por el mal de Alzheimer. En un estudio de la Universidad de Oxford, entre 270 personas mayores de 70 años con leve daño cognitivo y bajos niveles de B12, la doctora Helga Refsum, profesora de Nutrición en la U. de Oslo, encontró una reducción de atrofia cerebral en quienes fueron tratados con altas dosis de la vitamina.
“Una deficiencia de B12 como una causa de problemas cognitivos es más común de lo que creemos, particularmente entre la gente de edad avanzada que vive sola y no come de manera apropiada”, destacó Rajarethinam.
¿Y el cerebro joven?
La academia estima que entre 10 y 30 por ciento de la gente mayor de 50 años produce muy poco ácido estomacal para liberar a la B12 de su proteína portadora en alimento, y conforme los años van pasando, aumenta el porcentaje de productores de ácido bajo.
Sin embargo, mucha gente no está al tanto de que produce cantidades insuficientes de ácido estomacal. Lo que es más, evidencia de un estudio entre adultos jóvenes, titulado Estudio Framingham Offspring, sugiere que la absorción insuficiente de B12 derivada de alimentos incluso pudiera ser común entre adultos de 26 a 49 años, así que el siguiente consejo pudiera aplicarse a ellos igualmente.
La academia recomienda que adultos mayores de 50 años obtengan la mayoría de su requerimiento diario de B12 -2,4 microgramos para gente de 14 años en adelante, ligeramente más para mujeres que están embarazadas o lactando de una forma sintética de la vitamina que se encuentra en alimentos fortificados con B12 o en un suplemento multivitamínico. La B12 sintética no está pegada a proteína y por tanto pasa de largo la necesidad del ácido estomacal.
Otros grupos también enfrentan riesgo de una deficiencia de B12: vegetarianos y veganos que consumen poco o ningún alimento animal; personas con desórdenes de estómago e intestino delgado como la enfermedad celiaca y el mal de Crohn; consumidores crónicos de inhibidores de la bomba de protones para controlar el reflujo ácido, y personas cuyo sistema digestivo fue reducido quirúrgicamente o recibieron tratamiento para cáncer o colitis ulcerativa.
Síntomas reversibles
En una publicación en línea de julio, David G. Schardt, el máximo nutriólogo del Centro por la ciencia en el interés popular, notó que los síntomas de la deficiencia de B12 incluyen fatiga, hormigueo y sensación de entumecimiento tanto en manos como en piernas, debilidad muscular y pérdida de reflejos, lo cual pudiera progresar hasta confusión, depresión, pérdida de la memoria y demencia, a medida que la deficiencia se va volviendo más severa.
Los primeros síntomas pueden revertirse con tratamiento mediante altas dosis de B12, normalmente aplicadas en inyección. Sin embargo, es más probable que síntomas relacionados con daño nervioso y demencia sean permanentes. De aquí que reviste importancia en particular para la gente en riesgo de deficiencia de B12 someter su sangre a pruebas para buscarla periódicamente. Por ejemplo, expertos en Kaiser Permanente en Oakland, California, sugieren que consumidores crónicos de inhibidores de la bomba de protones deberían someter su nivel de B12 a una prueba cada dos años.
Fuente: Jane Brody, NYT The New York Times 12 de Mayo, 2019
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