Para los jóvenes. Menús y dietas
Y para postre… fruta
Y para postre…. FRUTA
“A una comida si le falta el postre parece que le falta algo”. Seguro que habrás oído esta frase montones de veces. Quizás también te habrás preguntado por qué muchas personas prefieren postres dulces mientras que el resto de los platos que componen su comida son más o menos salados; ¿por qué cambiamos de salado a dulce al final de nuestras comidas?
Todo parece tener que ver con el primer sabor que recordamos: la leche materna; aunque te parezca mentira tu primer alimento tenía un azúcar llamado lactosa que era diferente a lo que comúnmente conocemos como azúcar que es la sacarosa obtenida mayoritariamente de la remolacha o de la caña. Es decir que tanto la leche como el sobre con el que endulzamos el café contiene dos azúcares que son bastante diferentes.
Esto tiene varias consecuencias para nuestra salud: la primera es que muchas personas no conciben una comida sin un postre dulce y la segunda es que el gusto por los platos dulces lo hemos extendido a los alimentos consumidos como picoteo “entre horas” y a las bebidas. El resultado es que el consumo de azúcar, según la Organización Mundial de la Salud, ha pasado de 58 gramos por persona y día en 2003 a 63 gramos en 2013, es decir casi un 10% de aumento en 10 años y esta organización está alertándonos de sus peligros para la salud en forma de caries, diabetes, obesidad, etc.
Seguramente tú te preguntarás ¿cómo es posible esto si tú no echas más azúcar a tu café, ni tomas más pasteles o más helados cada día? La razón debes buscarla en el azúcar disfrazado que consumes sin notarlo en muchos alimentos; mira dos ejemplos: la salsa de tomate y los refrescos. ¿Por qué no echas una mirada a la etiqueta de una lata de refresco y lo compruebas?, ¿por qué no observas el elevado contenido de azúcar de pasteles, bollería, golosinas, etc.?
En resumen… ¿debemos tomar de postre siempre algo dulce?, la respuesta es que no debemos abusar de los alimentos dulces “tanto entre horas”, como en el postre, como con las bebidas y podemos variar con otros dulzores más saludables como por ejemplo las frutas que contienen también una azúcar muy saludable llamado fructosa que además nos deja al final de nuestra comida una sensación de frescor dulce muy agradable. ¿Por qué no sustituimos algunos días nuestro postre dulce por unas piezas de fruta de temporada? ¿Por qué no cambiamos un zumo natural de frutas por nuestros carísimos refrescos de cola? El tema es muy importante y seguiremos hablando de él.
Leave a reply