Enfermedades relacionadas con la Obesidad
Tres trabajos sobre el autismo
Tres trabajos sobre el autismo publicados en «Maldita Ciencia»
Por qué han aumentado los casos diagnosticados de autismo y por qué no hay evidencia científica de que sea por las vacunas
Publicado el 7 feb 2025, 15:56:36 Actualizado el 23 sept 2025, 7:50:00
«El autismo se ha disparado por causas como las vacunas»
Qué se dice: El autismo ha aumentado en las últimas décadas por causas como las vacunas.
Verificación: El aparente aumento en la incidencia del autismo es consecuencia de diferentes variables. Entre ellas, la flexibilización de los criterios para su diagnóstico, una mayor concienciación social y una mejor formación de los profesionales sanitarios. Hay que tener en cuenta, además, un infradiagnóstico en el pasado. Las causas del autismo son tanto genéticas como ambientales y no hay ningún estudio científico que cumpla con estándares de calidad que relacione al autismo con la administración de vacunas.
Un aumento real de casos diagnosticados de autismo
La prevalencia del autismo o trastornos del espectro autista (TEA) en Estados Unidos ha pasado de ser de uno de cada 150 niños en el año 2000 a uno de cada 36 niños en 2020 (no como dijo Trump, que cifró en 2005 que el autismo en niños era en uno de cada 10.000). Es decir, uno de cada 36 niños en Estados Unidos ha sido identificado como parte de este espectro, según los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos. A nivel mundial, se estima que uno de cada 100 niños son diagnosticados con autismo. Sin embargo, este aumento (en base a los datos) no significa que ahora haya más personas con autismo, sino que se diagnostica más y mejor con esta etiqueta, al disponer de más herramientas (de mayor calidad) e información para el diagnóstico.
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Una definición más laxa del autismo ha contribuido a un aumento aparente de la incidencia del autismo
El factor clave en la evolución de la incidencia del TEA es el propio cambio en la definición médica del autismo.
El DSM-5 (2013), la quinta edición del Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales que elabora la Asociación Estadounidense de Psiquiatría, define los TEA como un grupo heterogéneo de trastornos del neurodesarrollo, que aparecen en etapas tempranas del desarrollo y que se caracterizan por presentar déficits en la comunicación e interacción social y patrones restrictivos y repetitivos de comportamiento, actividades o intereses.
Pero esta definición ha cambiado en las últimas décadas. “La tendencia ha sido flexibilizar los criterios de diagnóstico del autismo. Cada vez se diagnostica más porque el diagnóstico ha evolucionado con el tiempo”, señala a Maldita.es Iciar Iturmendi, doctoranda en Psicología y Neurociencia en la Universidad de Toronto (Canadá) que estudia la regulación emocional en el autismo y miembro de la comunidad de malditas que nos prestan sus superpoderes.
De hecho, el concepto ‘autismo’ ha pasado de centrarse en los déficits y en las concepciones erróneas o estereotipadas (como que las personas autistas no quieren relacionarse y no se comunican) a observarse desde “el paradigma de la neurodiversidad como una condición amplia y diversa”. “Se reconoce que las personas en el espectro son muy diferentes en cuanto a sus necesidades de apoyo, capacidades y preferencias”, destaca a Maldita.es María Verde Cagiao, psicóloga del Área de Investigación de Autismo España y maldita que nos ha donado sus superpoderes . De ahí que lo más probable sea, no que haya más casos de autismo que antes, sino que se identifiquen mejor los que hay, como concluye la psicóloga.
¿Qué se entiende ahora por TEA?
Ahora, el término TEA busca agrupar un conjunto de trastornos de diferente gravedad. Antes, bajo el marco del DSM-4 (1994), se hacía la distinción entre diferentes trastornos como el síndrome de Asperger y el autismo. Con la actualización de 2013, ambos se agrupan de forma conjunta dentro de TEA lo que refleja “una comprensión más amplia y dimensional del autismo, reconociendo que es un espectro”, destaca Aitana Alonso, médica e investigadora en la unidad de investigación del Hospital Universitario Nuestra Señora de Candelaria (Santa Cruz de Tenerife) que hizo su tesis doctoral sobre la genética del autismo y maldita que también nos ha prestado sus superpoderes.
“Así se puede capturar la amplia variedad de síntomas, habilidades y tipos de impacto que pueden presentarse en las personas autistas”, señala a Maldita.es Marisa Martínez, divulgadora sobre autismo, persona autista y maldita que nos ha prestado sus superpoderes. Destaca, además, que “la introducción del concepto de ‘espectro autista’, ha permitido incluir a personas que también tienen esta condición pero que no destacan tan notablemente”. “Estas personas a menudo se sentían en tierra de nadie y ahora pueden ser reconocidas y recibir el apoyo necesario, a pesar de las dificultades que puedan enfrentar en su día a día”, aclara.
Otras causas sociales que también explican el aumento de la prevalencia del autismo
Además de los cambios en los criterios diagnósticos en el DSM y en la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE) de la Organización Mundial de la Salud (OMS) que hacen que ahora sean más las personas que cumplan criterios para recibir el diagnóstico, ha habido también una “significativa mejora en la capacidad para su detección, que se debe a una mayor formación de los profesionales de la salud y una mejora en las herramientas de cribado y diagnóstico”, señala Verde.
La psicóloga de Autismo España añade que, además, hoy en día existe una mayor conciencia pública y mediática sobre el autismo, lo que se traduce en que más familias busquen un diagnóstico para sus hijos, y en que muchas personas adultas se planteen su propia evaluación.
Además, frente a lo que se consideraba hasta ahora, se ha comenzado a cuestionar si realmente hay menos mujeres autistas que hombres: la razón de esta creencia podría deberse a un infradiagnóstico femenino, según destaca Verde.
Martínez, que no fue diagnosticada hasta los 30 años, señala que “las mujeres y niñas autistas pueden presentar una manifestación del autismo algo diferente y desarrollar habilidades compensatorias desde la infancia debido a la manera en que han sido socializadas” y que esto “ha dificultado el diagnóstico temprano” en niñas y mujeres.
“Hay más reconocimiento del autismo que hace 20 años. No hay punto de comparación del conocimiento que tenemos actualmente”, añade Iciar Iturmendi. “Se va definiendo mejor lo que es, se diagnostica a más personas y más personas se relacionan con esta definición. Por eso hay más incidencia y prevalencia”, resume la psicóloga. De hecho, se ha expandido tanto que incluye a “un espectro demasiado amplio”: incluyen tanto a personas tan funcionales como el resto de la población, como a personas con discapacidad intelectual grave que necesitan apoyo. “Hay un debate sobre la necesidad de subdividir esta etiqueta”, señala Iturmendi.
Entre las múltiples causas del TEA, no hay evidencias de que sean las vacunas
La aparición del TEA se relaciona tanto con factores genéticos como ambientales. La importancia de la genética es “significativa”, al tratarse de un trastorno “mucho más heredable que muchos tipos de cáncer”, destaca Aitana Alonso.
Ahora bien, no existe evidencia científica alguna que haya demostrado que las vacunas formen parte de las causas del autismo o que exista vínculo entre ambos. Este bulo circula al menos desde 1998, cuando se publicó en la revista científica The Lancet un artículo que relacionaba, sin ninguna evidencia válida, la vacuna contra la triple vírica con el autismo. El estudio fue retirado al incluir datos falsos y su autor, el exmédico Andrew Wakefield, no tiene permiso para ejercer la medicina desde 2010 por “falta de ética”, según el Consejo Médico General de Reino Unido.
Mitos sobre el autismo y desinformaciones sobre este trastorno del desarrollo
Publicado el 2 abr 2021, 9:55:00Actualizado el 23 sept 2025, 7:48:00
- Además de mitos, circulan contenidos desinformadores que afirman falsedades sobre los trastornos del espectro autista
- Uno de los más importantes y sobre el que no existe en absoluto evidencia científica alguna es que el autismo es consecuencia de la vacunación: se trata de desinformación que circula, al menos, de 1998
- Tampoco es cierto que pueda curarse gracias al consumo de CDS (que es perjudicial para la salud), de la alimentación restrictiva o de terapia con delfines u otros animales
Los trastornos del espectro autista (TEA) son un grupo de trastornos del desarrollo que afectan a la comunicación y al comportamiento. En Maldita.es recopilamos algunos mitos, bulos y desinformaciones sobre ellos. Os contamos por qué no hay evidencias de que las vacunas causen autismo o que ni el dióxido de cloro, ni las terapias con delfines ni una dieta restrictiva sirvan para curarlo.
No, no hay evidencias de que las vacunas causen autismo
Un bulo histórico que se ha viralizado durante años afirma que las vacunas causan autismo o están de alguna manera relacionadas con él. Esta idea resulta especialmente dañina: es uno de los motivos (aunque no el único) de que en algunos países estén bajando las coberturas de vacunación contra enfermedades que ya estaban controladas y en vías de erradicación.
Pero en realidad no hay absolutamente ninguna evidencia científica de que las vacunas produzcan autismo. Las vacunas pueden tener algunos efectos secundarios que, en la enorme mayoría de los casos son leves y poco duraderos, pero el autismo no se encuentra ni siquiera entre los más graves. Es importante tener en cuenta de que antes de que una vacuna llegue a la población ha pasado por estrictos controles de seguridad y de eficacia.
En Maldita.es también hemos desmentido que exista un informe que demuestre que hay 89 casos «comprobados» de autismo por culpa de las vacunas. El informe en cuestión se basa en premisas erróneas y ni siquiera dice que esos casos estuviesen causados por las vacunas, solo lo sugiere pero ni lo afirma ni lo demuestra. Puedes leer respecto a otros contenidos desinformadores que han circulado en los últimos años aquí o aquí.
No, no hay evidencias de que el dióxido de cloro cure el autismo
Otros contenidos en redes sociales indican que el dióxido de cloro o CDS es capaz de curar enfermedades como la malaria, el cáncer, el sida, la esclerosis o el autismo. Pero, tal y como explicamos en Maldita.es, no hay evidencias científicas de que sea así.
El supuesto mecanismo de acción es el siguiente: el clorito de sodio (MMS) se diluye en agua y se mezcla con un ácido suave (limón, o vinagre, por ejemplo), lo cual termina generando un gas, llamado dióxido de cloro o CDS.
El clorito de sodio y el dióxido de cloro en el que se transforma tienen una fuerte acción oxidante, y consumirlo puede producir dolor abdominal, náuseas, vómitos, diarrea, intoxicaciones, fallo renal y alteraciones sanguíneas. Es decir, que el MMS es un producto tóxico y corrosivo del que hay documentados casos de graves daños renales en caso de sobredosis.
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No, no hay evidencias de que las terapias con delfines sean efectivas para tratar el autismo
Una de las propuestas más peculiares para curar o mejorar a los pacientes con TEA es la interacción con delfines, que, según los que la defienden, puede influir positivamente en ciertos trastornos infantiles, como el síndrome de Down, el autismo, la parálisis cerebral e incluso el coma.
Sin embargo, no hay evidencias científicas de que la terapia con delfines tenga efectos positivos más allá del placebo: hay que tener en cuenta que recibir este tratamiento supone viajar a un lugar nuevo, navegar por océanos tropicales y disfrutar de un ambiente de optimismo que podría influir en el estado de ánimo del niño. Gran parte de la información sobre los beneficios de esta técnica, además, procede de anécdotas personales o estudios científicos con métodos difusos e intereses económicos.
No, una dieta restrictiva (sin gluten o sin lactosa, por ejemplo) no es la solución al autismo
Algunas páginas web aseguran que el autismo puede curarse a través de la alimentación. Sin embargo, las evidencias científicas al respecto no son lo suficientemente sólidas como para poder asegurar que esto ocurra: una dieta restrictiva no es solución al autismo.
Durante los últimos años, numerosos estudios han investigado la posibilidad de que este tipo de trastornos estuviese de alguna forma ligado a problemas del aparato digestivo, dado que muchos síntomas de los pacientes de TEA están relacionados con complicaciones gastrointestinales.
Por ello, es habitual la discusión sobre cómo podría influir la alimentación en los pacientes con este trastorno y si, a través de la misma, podría minimizarse la gravedad de algunos de los síntomas. En concreto, se habla de posibles intolerancias alimentarias y alergias de estos pacientes y se aconsejan dietas carentes de gluten y caseína o lácteos.
Sin embargo, la neuropediatra María José Mas explicaba a Maldita Ciencia que si no existe un problema alimenticio concreto (como la celiaquía o la intolerancia a la lactosa), “el uso de dietas tan restrictivas, que eliminan alimentos propiamente infantiles, merman la inclusión social en niños que ya lo tienen difícil de por sí”. Además, un estudio publicado en la revista European Journal of Nutrition indica que no existen evidencias suficientes para afirmar que una dieta restrictiva sea beneficiosa para los síntomas principales de TEA en niños.
No, el método Tomatis no sirve para curar el autismo
El método Tomatis es una supuesta terapia auditiva para curar, entre otras cosas, el autismo. Pero se trata de un timo. No hay evidencias de que este método cure o mejore los problemas vocales o comunicativos.
Este método fue creado por el médico otorrinolaringólogo Alfred Tomatis poco después de la Segunda Guerra Mundial. Se basaba en la idea (sin evidencias científicas detrás) de que algunos problemas vocales eran en realidad problemas de audición provocados por bloqueos cerebrales causados por una mala experiencia previa y que impedían captar determinadas frecuencias de sonido. Estos bloqueos podían causar también cambios en el comportamiento, lo cual explicaría el trastorno autista pero también la dislexia o la esquizofrenia.
Para “curar” todo esto, construyó un aparato que lograba que el cerebro volviese a captar esas frecuencias previamente bloqueadas emitiendo nuevos patrones de sonido, mejorando así todos esos trastornos y discapacidades. Esos nuevos patrones podían ser desde música de Mozart hasta la voz alterada de la madre del paciente. Pero, tal y como ya os hemos contado, nada de todo esto parece tener ningún efecto real sobre los pacientes con autismo.
Qué sabemos sobre la supuesta relación entre los partos provocados y el riesgo de autismo
También se ha hablado sobre si existe alguna relación entre la inducción al parto y el autismo. La duda surge a partir de algunos estudios contradictorios sobre el tema. El primero concluía que los niños nacidos en partos inducidos mostraban una mayor probabilidad de padecer un trastorno del espectro autista que los niños nacidos sin que a sus madres se les provocase o favoreciese el parto.
Pero, cuidado: es importante tener en cuenta que este estudio mostraba una correlación, no una causalidad. Que los partos inducidos se asociasen con trastornos del espectro autista podría deberse a que los partos inducidos causasen el trastorno; a que por algún motivo el trastorno dificultase los partos y eso obligase a inducirlos con más frecuencia; o a que otro factor desconocido fuese la causa tanto del parto inducido como del trastorno.
El segundo estudio indicaba que posiblemente algunas características familiares fuesen responsables de los partos inducidos y del autismo, y no que los partos inducidos fuesen los responsables del autismo. Los autores llamaban a la tranquilidad de las embarazadas a las que fuese recomendable inducir el parto.
La cantidad de casos diagnosticados de autismo es similar entre personas vacunadas y no vacunadas
Publicado el 18 feb 2025, 17:58:14Actualizado el 23 sept 2025, 7:45:00
- Circulan contenidos desinformadores que indican que la incidencia del autismo es mayor entre personas vacunadas
- No hay mayor porcentaje de personas diagnosticadas con autismo entre las personas vacunadas que entre las que no, según la evidencia científica
- Ninguna investigación científica bien diseñada y con estándares de calidad suficientes ha encontrado relación entre las vacunas y el autismo
Lo que circula: «Los casos de autismo son más frecuentes entre las personas vacunadas»
Qué se dice: Hay más casos de autismo en la población vacunada que en la que no ha recibido este fármaco.
Verificación: Las investigaciones que han estudiado la incidencia del autismo entre la población según su estado de vacunación no han encontrado diferencias en la tasa de autismo diagnosticado. Las causas del autismo son tanto genéticas como ambientales y no hay ningún estudio científico que cumpla con estándares de calidad que relacione al autismo con la administración de vacunas.
Los estudios científicos no han encontrado diferente frecuencia de autismo entre vacunados y no vacunados
Estar vacunado no implica un mayor riesgo de tener autismo ni en la población vacunada se da con mayor frecuencia esta condición. Un estudio sobre la vacuna triple vírica (sarampión, rubeola y paperas) del año 2002 con todos los niños nacidos en Dinamarca entre 1991 y 1998 no encontró un mayor riesgo de autismo entre los niños vacunados. «No hubo asociación entre la edad en el momento de la vacunación, el tiempo transcurrido desde la vacunación o la fecha de vacunación y el desarrollo del trastorno autista», concluyen los autores.
Lo mismo ocurrió con otro estudio posterior en Dinamarca con niños nacidos entre 1999 y 2010. Al comparar el riesgo de diagnóstico de autismo o TEA en el grupo de niños vacunados y no vacunados, las conclusiones de ambos estudios mencionan un riesgo relativo cercano a 1 (entre 0,83 y 0,93). Teniendo en cuenta que el riesgo relativo 1 significa que, al comparar dos grupos, no hay diferencias en el riesgo de una enfermedad, los autores concluyen que no existe mayor riesgo de enfermedad entre el grupo de vacunados y el de no vacunados, coincidiendo así con el resto de literatura y guías clínicas sobre el tema.
De hecho, esto son solo dos ejemplos, pero la realidad es que ninguna investigación bien diseñada y con estándares apropiados de calidad ha encontrado relación entre las vacunas y el autismo.
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Los orígenes del bulo que relaciona vacunas y autismo
No hay evidencia científica que haya demostrado que las vacunas provoquen autismo o que exista vínculo entre ambos. Este bulo circula al menos desde 1998, cuando se publicó en la revista científica The Lancet un artículo que relacionaba, sin ninguna evidencia válida, la vacuna contra la triple vírica con el autismo. El estudio fue retirado al incluir datos falsos y su autor, el exmédico Andrew Wakefield, no tiene permiso para ejercer la medicina desde 2010 por “falta de ética”, según el Consejo Médico General de Reino Unido.
Las múltiples causas sociales detrás del aumento de los casos diagnosticados de autismo
La aparición del autismo o TEA se relaciona tanto con factores genéticos como ambientales. Aunque ha habido un aumento real de casos diagnosticados, la subida se debe al cambio en la definición de este trastorno, a la mayor concienciación acerca del mismo, a las mejoras en los métodos de diagnóstico y a su infradiagnóstico en el pasado.






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