.Curiosidades. Historia
Asclepíades de Betania, el médico griego que creyó en los microbios
Asclepíades de Bitinia, el médico griego que fue el primero que creyó en la existencia de «microbios»
Jorge Álvarez, publicado en La brújula Verde el 26 Feb, 2025
Cito tuto jucunde, frase que puede traducirse como «Rápidamente, con seguridad y dulzura», era el lema del que fue considerado uno de los padres de la medicina, un griego que rebatió la doctrina hipocrática de los cuatro humores en favor de una protomicrobiana, basada en la teoría de los átomos de Demócrito; un hombre que recomendaba no recluir a los locos y tratarlos en cambio con masajes, ejercicio y dietas, que fue pionero en aplicar la músicoterapia y al que el filósofo platónico Antíoco de Ascalon definió como «insuperable en el arte de la medicina y familiarizado también con la filosofía». Estamos hablando de Asclepíades de Bitinia.
Nació en torno al año 120 a.C. en Cío, una ciudad fundada en el siglo VII a.C. por colonos de Mileto que en el 202 a.C. pasó ser renombrada Prusias Talasa (Prusias Marítima) porque estaba ubicada en la costa bitinia de la Propóntide, el actual mar de Mármara. Es decir, estaba en lo que hoy es el noreste de Turquía, por entonces una región profundamente helenizada que ya empezaba a caer en la órbita de Roma, a cuyas manos pasaría en el 74 a.C., convirtiéndola en otra provincia de la República, cuando el rey Nicomedes IV se la legó al fallecer (lo que provocaría la Tercera Guerra Mitridática, al aspirar Mitrídates VI a quedarse con ella).
De hecho, Asclepíades fue invitado por Mitrídates a incorporarse a su corte, aunque él prefirió establecerse en Roma. Y es que viajó mucho en su juventud: tras estudiar en su tierra se fue a Atenas para aprender la filosofía epicúrea «sobre la construcción del mundo» y probablemente en esa ciudad tuvo ocasión de conocer a fondo el trabajo de Hipócrates, al que se tenía en el mundo antiguo como el padre de la medicina, la autoridad de referencia, por superar la práctica de la incubatio (dejar al paciente en el templo del dios Asclepio para que éste lo sanara). Asclepíades, del que se sospecha que era hijo de un ioatrós (médico) porque era costumbre heredar el oficio paterno -no se sabe nada más al respecto- iba a romper con la doctrina hipocrática.
Hipócrates había revolucionado la Medicina, ya que, frente a la tradición sanatoria de Cnido, que se basaba en el diagnóstico, él optó por la de su lugar de origen, la isla de Cos, donde se centraban en el tratamiento partiendo de la observación. De ese modo había más probabilidad de obtener resultados: los diagnósticos resultaban muy difíciles y sólo servían para enfermedades comunes, en una época en la que los conocimientos sobre anatomía interna eran precarios al estar prohibida la disección de cadáveres humanos (excepto en Alejandría). El enfoque terapéutico de Cos, por tanto el de Hipócrates, era pasivo, fundamentado en propiciar el poder curativo de la naturaleza.
Fue Hipócrates quien formuló la teoría de los cuatro humores, según la cual las enfermedades son consecuencia de una alteración en la pepsos (proporción) de esos fluidos corporales, que son sangre, bilis negra, bilis amarilla y flema. Cuando se produce una dyscrasia (mala mezcla, desequilibrio), el individuo enferma y así permanece hasta que se recupera el equilibrio con ayuda de terapia. De lo contrario se irá agravando y correrá el riesgo de una crisis que podría acabar con su vida. Las crisis, decía, solían coincidir en días denominados críticos, un tiempo fijo después de contraer la enfermedad.
Asclepíades rechazó buena parte de esa teoría, especialmente lo de los días críticos, ya que en su opinión las enfermedades no terminaban en un momento concreto y definido. Consecuentemente, rebajaba la importancia que los hipocráticos daban a la anatomía y a la observación fenomenológica de la enfermedad como una pérdida de tiempo, prefiriendo centrarse en los tratamientos. Frente a Hipócrates, proponía una teoría derivada de la atómica o corpuscular que había formulado el filósofo Demócrito de Abdera, quien concebía un universo formado por átomos y vacío.
En ese sentido, las enfermedades estarían producidas por las moléculas, unas partículas invisibles que, en un movimiento inarmónico e irregular actuarían sobre los poros de la piel, ya fuera obstruyéndolos por acumulación (en cuyo caso producirían enfermedades agudas), ya relajándolos por insufuciencia (enfermedades crónicas). Una interrupción en los fluidos corporales y el pneuma (un término ambiguo que lo mismo podría traducirse como respiración que como espíritu, aludiendo en todo caso a la forma en que circula el aire por el organismo y su mediación entre el corazón y el cerebro), causaría las enfermedades leves. De hecho, dividía las enfermedades en tres tipos: estado estricto, estado laxo y estado mixto
Para Asclepíades, por tanto, la clave de la labor de un médico estaba en dar al paciente el tratamiento adecuado, procurando mostrarse empático y amable con él sin despreciarlo por ninguna causa; algo poco habitual entonces, pese a que la figura del médico tenía carácter de demioergós (servidor público), de ahí lo de Cito tuto jucunde.
Su medicina metódica empezaba por recetar mejoras en la dieta, moderando la ingesta de vino (que no lo prohibiera incrementó su popularidad), procurando que las raciones de comida fueran las justas y recurriendo, en caso de excesos, a la aplicación de enemas y/o sangrías para limpiar el organismo. También confiaba en el ejercicio, los masajes y los baños. Prefería todos esos métodos a los fármacos, que consideraba inútiles por sí solos, aunque la influencia recibida del pitagorismo sí le abrió al recurso de la herboristería.
Otro que solía utilizar era la musicoterapia, que destinaba a dos tipos de pacientes: primero, los que habían sido envenenados por mordedura de serpiente o picadura de escorpión; segundo, los que padecían problemas mentales, a quienes, frente a lo acostumbrado, no aislaba del resto y junto con las habituales dieta y masajes, aplicaba música suave (para los demasiado excitados) o fuerte (para los deprimidos; en este último caso con el llamado modo frigio, o sea, harmonia o tonos en escala descendente).
Asclepíades pensaba que la parte del cuerpo que estaba afectada bailaría al son de las notas, recuperando el equilibrio y expulsando el dolor. Eso sí, descartaba que la música se interpretase con flauta por considerar el sonido de ésta demasiado fuerte y contraproducente.
Galeno y Areteo, otros dos ilustres médicos griegos algo posteriores y romanizados, nos cuentan que otra novedad de su predecesor bitinio fue la realización de una traqueotomía en un caso de asfixia que le confirió un gran prestigio. No obstante, Galeno también le dedicó alguna crítica, ya que Asclepíades opinaba que los riñones carecían de utilidad fisiológica mientras que él escribió en su De Naturalibus Facultatibus que tenían una función homeostática. También Plinio el Viejo manifestó algunas dudas sobre su excesiva confianza en las hierbas, a las que relacionó con «engaños mágicos».
Y es que, decíamos antes, después de formarse en Cío y Atenas, Asclepíades siguió el ejemplo de muchos colegas y se estableció en Roma, no sin antes pasar por la isla cicládica de Paros para estudiar con Cleopato, famoso farmacólogo. Ya en la ciudad del Tíber, y tras una primera etapa en la que se dedicó a la retórica, terminó decantándose por la medicina; no sólo curando sino también enseñando. Por eso recibió tanto el apodo de Philosophicus como el de Pharmacion, así como el elogio de Antíoco de Ascalón (el último filósofo de la Tercera Escuela, que intentó el eclecticismo entre las posturas de Aristóteles y Platón, y que fue maestro de Cicerón) que reseñamos al comienzo.
Alumno distinguido suyo fue Temisón de Laodicea, el primero en utilizar sanguijuelas para practicar sangrías, fundador de la escuela metódica -que tendría gran influencia durante mucho tiempo- y autor de varias obras médicas de las que únicamente se conservan los títulos y algunos fragmentos, como ocurre con las de su maestro: Libri Periodici; Epistolae; Celeres Passiones; Tardae Passiones; Liber Salutaria; y De Plantagine.
Lo que Temisón no pudo hacer fue emular a Asclepíades en una hazaña legendaria de la que da fe Plinio en su Naturalis Historia: tan seguro estaba de su ciencia, que apostó con la diosa Fortuna que dejaría de ser médico si alguna vez enfermaba; ganó, pues murió muy anciano al caer por una escalera, siendo considerado hoy el primero en desarrollar algo parecido a una teoría microbiana, anticipándose incluso a Marco Terencio Varrón.
FUENTES
Christa Yapijaki, Hippocrates of Kos, the Father of Clinical Medicine, and Asclepiades of Bithynia, the Father of Molecular Medicine
- T. Vallance,The lost theory of Asclepiades of Bithynia
John Scarborough, Pharmacy and drug lore in Antiquity. Greece, Rome, Byzantium
Wikipedia, Asclepíades de Bitinia
Leave a reply