Manipulación de alimentos
La ciencia es la base de la inocuidad alimentaria
La ciencia es la base de la inocuidad alimentaria, las mejoras y la innovación
El 7 de junio se celebra el Día Mundial de la Inocuidad Alimentaria, que este año pone el foco en la importancia de la ciencia en la disponibilidad de alimentos cuyo consumo sea seguro
Por Maite Pelayo, Consumer 7 de junio de 2025
“La inocuidad de los alimentos salva vidas”. Así de contundente se muestra la FAO, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura. Y no solo es un componente crucial de la seguridad alimentaria, sino que también desempeña un papel fundamental para reducir las enfermedades transmitidas por los alimentos, añade esta agencia dependiente de la ONU, a la hora de conmemorar un día en el que alimentos y salud están más conectados que nunca.
Los datos oficiales no dejan indiferente a nadie. Cada año, 600 millones de personas enferman debido a alrededor de 200 tipos diferentes de enfermedades de transmisión alimentaria. La carga de estas afecciones recae de forma muy especial en las personas con menos recursos y los jóvenes. Y, además, provocan en torno a 420.000 muertes evitables cada año.
El Día Mundial de la Inocuidad de los Alimentos, celebrado cada 7 de junio desde 2019 a iniciativa de la ONU-FAO y respaldada por la Organización Mundial de la Salud (OMS), ofrece una ocasión para concienciarnos sobre este tema, demostrar cómo se pueden prevenir enfermedades relacionadas con los alimentos y estudiar enfoques colaborativos en todos los sectores, promoviendo soluciones y formas de mejorar la inocuidad alimentaria.
La ciencia, base de la inocuidad alimentaria
Con el lema ‘Inocuidad de los alimentos: la ciencia en acción‘, este año se hace especial hincapié en el papel de la ciencia para lograr estos objetivos.
Según nos recuerdan desde la FAO y la OMS, todas las personas que participan en la cadena de suministro, desde los productores hasta los elaboradores, transportistas, minoristas, cocineros y consumidores, confían en la aplicación universal de buenas prácticas, procesos y normas acordados para mantener la inocuidad de los alimentos. La inocuidad alimentaria no se improvisa, sino que es el resultado de todos y cada uno de los eslabones desde la producción hasta el consumo.
Todo ello, añaden estos expertos mundiales, se basa en una aplicación cuidadosa, clara y minuciosa de la mejor evidencia científica disponible sobre cómo y por qué los alimentos se pueden contaminar y hacernos enfermar. Los científicos, afirman, evalúan y analizan los riesgos para la salud humana y brindan asesoramiento para que los responsables políticos, las empresas alimentarias y los consumidores tomemos decisiones seguras.
Sin la ciencia no sería posible mantener la inocuidad de los alimentos a lo largo de las cadenas de suministro, que a menudo cruzan múltiples fronteras. En este Día Mundial de la Inocuidad de los Alimentos se celebra el importante papel que desempeña la ciencia a la hora de tomar decisiones informadas sobre los alimentos, concluyen sus promotores.
Para conocer más sobre el papel de la ciencia en la alimentación, tanto en la salud de las personas como en la innovación, nos hemos puesto en contacto con AZTI, un centro científico de investigación alimentaria.
La ciencia aplicada a la salud y la innovación alimentaria
Iñigo Martínez de Marañón, director tecnológico de AZTI, explica que “la ciencia desempeña un papel esencial en la transformación del sector agroalimentario, ofreciendo soluciones innovadoras ante los desafíos globales actuales, como el crecimiento de la población, la escasez de recursos y la crisis climática”.
Según este experto, la investigación científica debe seguir aportando conocimiento para dar respuesta a estos retos. Y lo tiene que hacer permitiendo identificar nuevos recursos, optimizar el uso sostenible de las materias primas, reducir el desperdicio alimentario y valorizar las fracciones alimentarias no utilizadas, con su incorporación de nuevo en la cadena alimentaria, lo que contribuye a un sistema alimentario más eficiente y sostenible.
Además, añade que la ciencia está en el centro del desarrollo de nuevas formas de producción de alimentos e ingredientes que garanticen seguridad, salud y sostenibilidad, lo que será clave para enfrentar las futuras limitaciones en recursos y asegurar el acceso equitativo a alimentos de calidad.
De cara al futuro, concluye Martínez de Marañón, ”el sector agroalimentario se enfrenta al reto de integrar ciencia, tecnología y cambio social en un nuevo modelo alimentario. Las tendencias emergentes, como la nutrición personalizada, el consumo ético o la búsqueda de proteínas alternativas, son impulsadas por una ciudadanía cada vez más consciente y por avances científicos que permiten responder a esas nuevas demandas”.
En este contexto, afirma, “la ciencia no solo impulsa la innovación, sino que también facilita una transformación en la que todos los actores, empresas, instituciones y consumidores, tienen un papel activo. Solo mediante una colaboración estrecha entre ciencia y sociedad se podrá garantizar una alimentación saludable, sostenible y resiliente para las generaciones futuras”.
La ciencia en el centro de las nuevas tendencias
AZTI acaba de publicar un informe sobre las tendencias en alimentación 2025-2027, en el que se incluye la ciencia como elemento clave: biotecnología, genómica, bioinformática, epigenética nutricional… y una mayor colaboración con las empresas para acelerar la innovación alimentaria basada en la evidencia.
Además, este informe incorpora otras tendencias en alimentación, como las siguientes:
- Sistemas alimentarios resilientes al cambio climático con prácticas agrícolas regenerativas y soluciones basadas en la naturaleza.
- Incremento de la demanda por los consumidores de nuevos alimentos más sostenibles y saludables evitando el desperdicio.
- El indivisible binomio alimentación y salud en la búsqueda del bienestar físico y mental.
- Tecnologías enfocadas en la nutrición personalizada: el consumidor demanda mayor control sobre su salud.
- Diversificación de fuentes proteicas: vegetales, insectos, fermentación de precisión, carne cultivada…
- Potencial de los blue foods: algas y bioactivos marinos como ingredientes de alimentos y bebidas.
- Transparencia y autenticidad en los productos y marcas con una comunicación clara que frene la desinformación alimentaria.
Inocuidad alimentaria vs. seguridad alimentaria
Inocuidad y seguridad alimentaria son dos conceptos que podemos confundir:
Seguridad alimentaria
Existe seguridad alimentaria cuando todas las personas tienen en todo momento acceso físico y económico a suficientes alimentos inocuos y nutritivos para satisfacer sus necesidades alimentarias y sus preferencias en cuanto a los alimentos, a fin de llevar una vida activa y sana.
Inocuidad alimentaria
Sin embargo, la inocuidad alimentaria se refiere a “todos aquellos riesgos asociados a la alimentación que pueden incidir en la salud de las personas, tanto riesgos naturales como originados por contaminaciones, por incidencia de patógenos, o bien que puedan incrementar el riesgo de enfermedades crónicas como cáncer, enfermedades cardiovasculares y otras”, tal y como describe la FAO.
Así, mientras que la seguridad hace referencia al acceso a los alimentos, la inocuidad alude a la necesaria condición del alimento de no dañar nuestra salud.






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