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¿Qué significa que un producto «ayuda a tus defensas»?
Bajo la lupa: ¿qué significa que un producto «ayuda a tus defensas»?
El mensaje «ayuda a tus defensas» no se refiere a que se “potencie” el sistema inmunitario ni a que se mejore su “rendimiento”. Analizamos cuatro productos que lucen esta frase
Por Beatriz Robles Martínez, Consumer 24 de febrero de 2025
La declaración «ayuda a nuestras defensas» se puede hacer sobre las vitaminas A, B12, B6, B9 (ácido fólico), C y D, y sobre el cobre, hierro, selenio y zinc. La presencia en cantidad suficiente de una sola de estas sustancias ya permite hacer la declaración. Pero estos nutrientes no son excepcionales y se encuentran en numerosos alimentos que pueden consumirse al natural o como ingrediente de otros productos.
Cuándo se puede usar la frase «ayuda a tus defensas»
Desde hace algunos años, muchos alimentos han incorporado en sus etiquetados mensajes que hacen referencia a nuestras defensas o a nuestro sistema inmune. Estas declaraciones están reguladas por ley e indican que el producto contiene determinadas vitaminas o minerales en una cantidad mínima:
- En el caso de los alimentos sólidos, debe aportar el 15 % del valor de referencia de cada uno de esos nutrientes por cada 100 g.
- En el caso de las bebidas, un 7,5 % por cada 100 ml.
Los valores de referencia son recomendaciones sobre la ingesta diaria adecuada de nutrientes y también están establecidos en la normativa.
Así, si se da el caso de que un fabricante quiere poner el reclamo en la etiqueta, pero los ingredientes no aportan suficiente cantidad de alguna de estas vitaminas o minerales, con añadir el nutriente a la receta, ya puede poner esta declaración, independientemente de que el perfil nutricional del producto final sea más o menos saludable.
El mensaje «ayuda a tus defensas» no se refiere a que se “potencie” el sistema inmunitario ni a que se mejore su “rendimiento”, simplemente significa que el alimento contiene nutrientes necesarios para que nuestras defensas respondan de forma normal.
👉 En el mercado encontramos algunos alimentos que destacan en sus envases beneficios para nuestro sistema inmunitario. Analizamos cuatro productos con estos reclamos.
Desde el nombre
En este zumo, la palabra “defense” se asocia a “berry” (baya) y contiene tres frutas: frambuesas, grosellas y arándanos. Sin embargo, los efectos beneficiosos sobre el sistema inmune no se sustentan sobre la presencia de estas frutas, sino por la vitamina C que se añade como ingrediente.
¿No tener plátano es bueno?
En el frontal destaca la ausencia de banana, lo que puede confundirse con una característica positiva. Nutricionalmente no está justificado, puesto que la banana es una fruta tan recomendable como otra cualquiera.
Como un refresco
Esta bebida contiene 9,5 g/100 ml de azúcar, una cantidad cercana a la que llevan los refrescos de cola, incluso superior a la de algunas marcas. Aunque procede de la fruta, al estar en zumo este azúcar se considera libre. Cada botella lleva 28,5 g de azúcar libre y supera el máximo diario de 25 g recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Es un ejemplo de que un alimento con un perfil nutricional poco recomendable puede incluir la frase «ayuda a nuestras defensas».
¿Un embutido que «alimenta» las defensas?
La declaración «alimenta tus defensas» se basa en la presencia de vitamina B12 y de hierro. La carne de cerdo tiene la cantidad suficiente de B12 para hacer esta declaración, ya que multiplica casi por tres el mínimo requerido. El hierro, por su parte, se añade como ingrediente para conseguir la cantidad mínima de 2,1 mg/100 g exigida por ley.
A pesar de este mensaje, el chorizo y el salchichón son carnes procesadas, cuyo consumo la OMS recomienda limitar.
¿Recomendable?
Otro producto con un perfil nutricional que nada tiene que ver con los beneficios para el sistema inmune. En este caso, destaca su alta cantidad de sal. Cada 100 g aportan 3,5 g, el 70 % del máximo diario recomendado por la OMS. Tras la carne y la panceta, la sal es el tercer ingrediente en peso.
¿Los probióticos mejoran el sistema inmune?
Bajo la declaración “¡Alimenta tus defensas!” aparece el mensaje «elaborado con probióticos naturales«. Aunque va junto, no tiene ninguna relación con el reclamo de las defensas y no está autorizado atribuir a los probióticos ninguna propiedad sobre el sistema inmunitario. Esos probióticos se añaden como ingrediente y se identifican como “fermentos lácticos (Lactobacillus rhamnosus HN001)”.
Un reclamo sin comprobar…
A diferencia del resto de productos, que son alimentos, aquí nos encontramos con un complemento alimenticio. Para hacer una declaración de propiedades saludables sobre algún nutriente o ingrediente, esta debe estar evaluada por la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), para valorar si hay evidencia científica que lo sustente.
Pero en este producto, esos beneficios se atribuyen al polen, un ingrediente que se acoge a una excepción que se aplica a los compuestos botánicos y que permite que, una vez que se haga la solicitud, se pueda usar la declaración bajo la responsabilidad del fabricante, aunque todavía no haya pasado por esa evaluación científica.
Es decir, aún no se ha aprobado esa declaración para el polen, pero sí se ha solicitado. Esto implica, además, que al contrario de lo que ocurre con las declaraciones autorizadas, no se establecen condiciones de uso, como puede ser exigir las cantidades mínimas que deben ingerirse para obtener el beneficio.
…y otro ya rechazado
Además del polen, la etiqueta atribuye sus propiedades también a la jalea real. En este caso, la EFSA sí ha evaluado la evidencia científica en relación a la capacidad de la jalea real para “ayudar al sistema inmunitario”, pero la declaración no está autorizada porque no se considera que este efecto esté probado.
Por lo tanto, la declaración de que este producto contribuye al funcionamiento del sistema inmunitario solo podría atribuirse a la presencia de polen.
¿Por qué ayuda al sistema inmune?
En este zumo, la declaración de «ayuda a tu sistema inmune» se sustenta sobre la presencia de vitaminas A, D y B6. Aunque se pueda pensar que estos nutrientes provienen de las frutas, lo cierto es que el fabricante los ha tenido que añadir como ingredientes para alcanzar una cantidad significativa y poder hacer el reclamo.
¿De fresa?
Aunque este zumo destaca la presencia de fresa mediante imágenes y palabras, la fruta principal es la naranja, que se encuentra como zumo a partir de concentrado en una proporción del 4,5 %. El zumo a partir de concentrado de fresa supone solo el 0,5 % del producto. Para reforzar el sabor a fresa se han añadido aromas naturales.
¿Bajo en azúcares?
Esta declaración puede hacerse en bebidas con un máximo de 2,5 g/100 ml de azúcar. Esto no implica que no lleve azúcares: además de los que proceden de los concentrados de zumos de frutas, también incluye azúcar como ingrediente. En total, contiene 2,4 g/100 ml de azúcar libre, justo en el límite permitido. El intenso sabor dulce lo consigue añadiendo tres edulcorantes.
Antes de comprar
A pesar de que estos productos presumen de un aparente beneficio para la salud, tenemos que fijarnos siempre en qué tipo de alimento es. La presencia de cierto nutriente, ya sea de forma natural o añadido como ingrediente, no transforma su naturaleza.
Si las entidades sanitarias recomiendan comer la fruta entera en lugar de hacerlo en forma de batidos o zumos o nos instan a evitar alimentos como las carnes procesadas, pequeñas variaciones en los nutrientes no invalidan este mensaje.
En cuanto al complemento alimenticio, no es necesario, ya que no sustituye a una dieta saludable y no hay evidencia de su eficacia. Se puede conseguir el mismo beneficio sobre el sistema inmunitario comiendo 8 g de zanahoria o 15 g de espinacas por su vitamina A; 8 g de pimiento rojo por su vitamina C, 3 g de atún o medio huevo por su vitamina D o 7 g de nueces por su contenido en cobre.
Conclusión
Ninguno de los productos presentados nos aporta beneficios para el sistema inmunitario mayores a los que nos dan los alimentos convencionales, frescos o poco procesados que no suelen llevar este tipo de reclamos (pese a que por su composición podrían hacerlo).
Si analizamos el alimento en su conjunto, el embutido o las bebidas son nutricionalmente poco interesantes y sus potenciales efectos positivos por la presencia de algunos nutrientes no compensan su perfil nutricional poco recomendable. En cuanto al complemento alimenticio, no hay evidencia de su eficacia para ayudar al sistema inmune. Ninguno de estos productos es necesario ni recomendable para mantener nuestras defensas.
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